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Homenaje al Dr. Claudio Gustavo Dadic

Canto agradecido

Igual que un árbol añoso

que desnudaron los vientos,

te estás quedando callado

y es como que te vas yendo.

De vez en cuando te sangra

la cicatriz de un recuerdo

y entonces tu voz quebrada

rescata un sabor a cuentos.

Tuve que amar y ser padre

y tuve que verte abuelo

para entender tu cariño

y comprender tus defectos.

Por eso quiero entibiarte

la soledad y el silencio

con un canto agradecido

de este gajo de tu cuerpo.

 

Yo se que cuando atardece

y se prenden los luceros,

por el humo del cigarro

te nos vas tras de tus sueños.

Sos como un río callado,

melodioso por adentro,

el cauce de tu experiencia

nos dió el rumbo verdadero.

No te vayas que haces falta

ya vas a ver, te prometo,

voy a sumarle mis ansias

a lo mejor de tu tiempo.

Voy a regar tus raíces

para que broten tus sueños

y vamos a hacer la patria

de la que hablabas, mi viejo.

 

Porque amaste la alegría

de brindarte por entero,

la honestidad como un traje

te vistió el alma y el cuerpo.

Yo se que en tus madrugadas

la costumbre del esfuerzo

te desvela y te entretienes

con tu mate compañero.

No te vayas que haces falta

ya vas a ver, te prometo,

voy a sumarle mis ansias

a lo mejor de tu tiempo.

Voy a regar tus raíces

para que broten tus sueños

y vamos a hacer la patria

de la que hablabas, mi viejo.

 

(Letra: Padre Julián Zini)

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