Canto agradecido
Igual que un árbol añoso
que desnudaron los vientos,
te estás quedando callado
y es como que te vas yendo.
De vez en cuando te sangra
la cicatriz de un recuerdo
y entonces tu voz quebrada
rescata un sabor a cuentos.
Tuve que amar y ser padre
y tuve que verte abuelo
para entender tu cariño
y comprender tus defectos.
Por eso quiero entibiarte
la soledad y el silencio
con un canto agradecido
de este gajo de tu cuerpo.
Yo se que cuando atardece
y se prenden los luceros,
por el humo del cigarro
te nos vas tras de tus sueños.
Sos como un río callado,
melodioso por adentro,
el cauce de tu experiencia
nos dió el rumbo verdadero.
No te vayas que haces falta
ya vas a ver, te prometo,
voy a sumarle mis ansias
a lo mejor de tu tiempo.
Voy a regar tus raíces
para que broten tus sueños
y vamos a hacer la patria
de la que hablabas, mi viejo.
Porque amaste la alegría
de brindarte por entero,
la honestidad como un traje
te vistió el alma y el cuerpo.
Yo se que en tus madrugadas
la costumbre del esfuerzo
te desvela y te entretienes
con tu mate compañero.
No te vayas que haces falta
ya vas a ver, te prometo,
voy a sumarle mis ansias
a lo mejor de tu tiempo.
Voy a regar tus raíces
para que broten tus sueños
y vamos a hacer la patria
de la que hablabas, mi viejo.
(Letra: Padre Julián Zini)
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